Símbolo de la gastronomía local desde principios de los ’80.
Invento argentino salido de la cabeza de una publicista que intentó unir dos de los clientes con los que trabajaba, galletitas de chocolate y queso crema.
Ahora, esta dulzura fue seleccionada como el Mejor Postre del Mundo, según la votación realizada a través de Taste Atlas, en el que superó a clásicos de la cocina mundial como el helado de pistacho italiano, el apfelkuchen alemán, los waffles belgas y el zserbó húngaro.

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