El organismo regulador italiano de la competencia anunció este miércoles una multa de diez millones de euros a Apple y de cinco millones de euros a Samsung por limitar deliberadamente la vida útil de sus teléfonos, una práctica conocida como obsolescencia programada.
La decisión es una de las primeras en el mundo contra los dos fabricantes de teléfonos, acusados de reducir deliberadamente la velocidad de sus viejos aparatos para alentar a los consumidores a comprarse uno nuevo.
“Las compañías del grupo Apple y del grupo Samsung aplicaron prácticas comerciales deshonestas“, indicó en un comunicado la autoridad italiana tras su investigación.
Las actualizaciones de los sistemas operativos en los viejos modelos de Apple y Samsung “provocaron graves disfunciones y redujeron de manera significativa sus prestaciones, acelerando así su sustitución”, dijo la agencia.
En concreto, Samsung alentó a los propietarios de su modelo Note 4 a instalar una nueva versión de Android (el sistema operativo de Google) que estaba pensada para un modelo más reciente, el Note 7, con la consecuencia de ralentizarlos. Apple alentó por su parte a los propietarios de modelos Iphone 6 a instalar un sistema operativo pensado para el Iphone 7, provocando problemas similares.
En Francia, la fiscalía de París también abrió una investigación contra Apple en enero por sospechas de obsolescencia programada por razones similares.
En Estados Unidos, el ministerio de Justicia y la comisión de bolsa y valores (SEC), que supervisa la bolsa estadounidense, también abrieron una investigación por presunto incumplimiento de las reglas bursátiles por la ralentización de algunos iPhone.
En diciembre de 2017, tras las quejas de los usuarios sobre la ralentización de los iPhone y algunos tests de la prensa especializada, Apple reconoció que lo hacía de manera deliberada en algunos modelos para “prorrogar su tiempo de vida” y para evitar que se apagaran de manera intempestiva.
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